jueves, 22 de junio de 2017

El Lago de Fuego ¿literal o simbòlico?




¿Cuál es el punto de vista bíblico?
El lago de fuego”... ¿literal o simbólico?
EN EL libro bíblico de Revelación se menciona varias veces un “lago de fuego.” Por ejemplo, leemos esto acerca de una simbólica “bestia salvaje” y “falso profeta”: “Estando todavía vivos, ambos fueron arrojados al lago de fuego que arde con azufre.” (Rev. 19:20) En el capítulo siguiente se añade la idea de tormento, donde dice: “Y el Diablo . . . fue arrojado al lago de fuego y azufre, donde ya estaban tanto la bestia salvaje como el falso profeta; y serán atormentados día y noche para siempre jamás.”—Rev. 20:10.
Muchos creen que esto se refiere a verdadero tormento consciente que dura para siempre en fuego verdadero. Sin embargo, el libro de Revelación contiene muchas “señales,” o símbolos. (Rev. 1:1) ¿Podría ser el caso que el lago de fuego y sus tormentos son simbólicos? La Biblia misma proporciona suficiente información para que podamos llegar a la conclusión correcta. ¿Cómo?
El libro de Revelación da una definición del lago de fuego, al decir: “Y la muerte y el Hades fueron arrojados al lago de fuego. Esto significa la muerte segunda: el lago de fuego.” (Rev. 20:14; compare con 21:8.) ¿En qué sentido es “segunda” la muerte que se menciona aquí?
Las Escrituras declaran que “les está reservado a los hombres morir una vez para siempre, pero después de esto un juicio.” (Heb. 9:27) Esta muerte “una vez para siempre” se debe al pecado que se ha heredado de Adán. (Rom. 5:12) Sin embargo, la muerte segunda difiere de esta muerte. ¿De qué manera?
Según la Biblia, el sacrificio expiatorio de Jesucristo hace posible una “resurrección así de justos como de injustos.” (Hech. 24:15) La Biblia predice que los que vuelven de entre los muertos durante el reinado milenario de Cristo pasarán un período de “juicio” que les concederá la oportunidad de conseguir vida eterna. (Juan 5:25-30; Hech. 17:31) Pero para conseguir un juicio favorable será necesario que las personas se arrepientan y se vuelvan de sus anteriores malos caminos.—Hech. 3:19; 17:30.
¿Qué hay de aquellos a quienes no les pesa haber pecado contra Dios, y que no están dispuestos a ajustar su vida para que esté en conformidad con las normas justas de Dios? Revelación 20:15 dice que “cualquiera que no se halló escrito en el libro de la vida fue arrojado al lago de fuego,” que es la “muerte segunda.” (Rev. 20:14) ¿Qué significa eso?
Claramente significa muerte para siempre, sin la esperanza de una resurrección. Debido a que esta muerte continúa para siempre, difiere de aquello que Adán le acarreó a toda su prole. Es una muerte de una clase segunda, adecuadamente llamada la “muerte segunda.”
Aquellos que sufren la muerte segunda no pueden estar conscientes de ningún tormento literal en fuego verdadero. La Biblia nos asegura que los muertos están “descansando,” que “no están conscientes de nada en absoluto.” (Job 3:13; Ecl. 9:5; Juan 11:11-14) Entonces, ¿cómo hemos de entender las referencias bíblicas a tormento eterno en fuego?
La Palabra de Dios menciona fuego y azufre por primera vez con relación al derrocamiento de Sodoma y Gomorra. (Gén. 19:24) Es de interés que el escritor bíblico Judas declara que “Sodoma y Gomorra y las ciudades circunvecinas . . . son puestas delante de nosotros como ejemplo amonestador al sufrir el castigo judicial de fuego eterno. (Jud. 7) Pero ¿qué realmente les sucedió a aquellas ciudades? Jesús mismo dijo: “El día en que Lot salió de Sodoma llovió del cielo fuego y azufre y los destruyó a todos.” (Luc. 17:29) Para los habitantes de Sodoma y Gomorra el fuego y azufre significaron muerte. El fuego verdadero, literal, dejó de arder hace miles de años. Pero la condición de destrucción y desolación que estas ciudades sufrieron continúa hasta el día de hoy.
Usando lenguaje similar, el profeta Isaías predijo lo siguiente acerca de la caída de Edom: “Sus torrentes tienen que cambiarse en pez, y su polvo en azufre; y su tierra tiene que llegar a ser como pez ardiente. Ni de noche ni de día se extinguirá; hasta tiempo indefinido su humo seguirá ascendiendo. De generación en generación quedará abrasada; para siempre jamás nadie irá pasando por ella.” (Isa. 34:5, 9, 10) Sin embargo, según esta misma profecía, las criaturas salvajes del desierto habrían de establecerse en esa tierra devastada. (Isa. 34:11-17) En tal caso, el fuego cuyo humo sigue ascendiendo hasta tiempo indefinido no puede ser literal. Más bien, representa la destrucción total y duradera de Edom que en un tiempo había sido próspera.
En cuanto al tormento, no hay razón para entender esto literalmente como una experiencia consciente de sufrimiento. La Versión griega de los Setenta de las Escrituras Hebreas usa la palabra para tormento (básanos) varias veces al referirse a la muerte. Por ejemplo, leemos: “Y cuando el justo se aparte de su justicia, y cometa una transgresión, y yo traiga castigo [básanos, literalmente “tormento”] delante de él, él morirá.” (Eze. 3:20) Más tarde Dios le dijo a Ezequiel que “todos los muertos que cayeron a espada . . . han recibido su castigo [básanos]” y que las personas “que descienden muertas a Hades . . . han recibido su castigo [básanos].” (Eze. 32:24, 30, Versión de los Setenta) En la traducción inglesa de los Setenta por Bagster se agrega una nota al pie de la página en Ezequiel 3:20 que dice: “Básanos en el Antiguo Testamento parece significar castigo.” Y se ve claramente que el castigo, o tormento, que se menciona en los textos bíblicos citados aquí de Ezequiel es muerte.
Las declaraciones en el libro de Revelación acerca de la simbólica “Babilonia la Grande” también indican el significado bíblico de tormento. Leemos: “Y oí otra voz procedente del cielo decir: ‘ . . . Al grado que ella [Babilonia la Grande] se glorificó a sí misma y vivió en lujo desvergonzado, a ese grado denle tormento y lamento. . . . Y los reyes de la tierra... llorarán y se golpearán en desconsuelo por ella, cuando miren el humo del incendio de ella, mientras se quedan de pie lejos por su temor del tormento de ella.’” (Rev. 17:1-5; 18:4, 7, 9, 10) ¿Cuál es el significado del tormento ardiente de Babilonia la Grande? Un ángel explica: “Así con lanzamiento veloz será arrojada hacia abajo Babilonia la gran ciudad, y nunca volverá a ser hallada.” (Rev. 18:21; compare con 17:16; 18:8, 15-17, 19.) De nuevo, el tormento en fuego se refiere a la destrucción y muerte, y, en el caso de Babilonia, dura para siempre.

Bueno pues, ¿qué ha revelado nuestra investigación acerca del lago de fuego? Hemos aprendido que respecto a Sodoma, Gomorra y Edom, “fuego eterno” resultó ser simbólico, queriendo decir la destrucción total de aquellas ciudades. “Tormento” también ocurre en la Biblia con referencia a destrucción y muerte. Puesto que las Escrituras dicen específicamente que el lago de fuego “significa la muerte segunda” y que los muertos “no están conscientes de nada en absoluto,” el ser atormentados para siempre en el lago de fuego tiene que entenderse como simbólico. Significa destrucción completa y eterna para todos los impenitentes opositores de Dios que son “arrojados” al lago de fuego.
Fuera de los muros de Jerusalèn, es donde se arrojaban basuras, animales muertos y todo tipo de desperdicio, era un lugar al que se mantenìa constantemente  en fuego  ayudado por azufre, como los israelitas   sabìan que lo que se lanzaba allì era completamente destruìdo, es por ello que Jesùs utilizò ese lugar  de fuego constante quemando todo lo que  estuviese en el como sìmbolo de la muerte eterna, lugar que se llamaba "el valle de Hinòn" , Ese es el Gheena del que hablò simbòlicamente Jesùs para tipificar lo que era la muerte eterna

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